Entrevista publicada en la revista on-line Beautymed.es el 07/07/2017
El Dr. Ivan Mañero acaba de presentar el libro Los Crímenes de la Belleza, cuyos beneficios serán destinados a su Fundación para desarrollar proyectos educativos y sanitarios en Guinea Bissau
El Dr. Ivan Mañero es un cirujano plástico, estético y reparador que lleva en el mundo de la solidaridad y la cooperación más de 20 años.
A raíz de esta experiencia nació la ONG AMIC (en 2004) y la Fundación Dr. Ivan Mañero con la que lleva 10 años luchando para mejorar la situación de extrema pobreza en la que se encuentran los niños y las mujeres de los países menos desarrollados como Guinea Bissau.
Con él conversamos en esta entrevista sobre el libro y el mundo de la medicina estética y cirugía plástica.
Lo que siempre he intentado es que mis pacientes encuentren profesionalidad y un trato cercano para que se sientan libres de expresar sus preocupaciones reales.
Beauty Market: ¿Cuáles son los motivos de haber escrito Los Crímenes de la Belleza?
Ivan Mañero: Hace algunos años empecé a hablar de qué entendemos por belleza en unas conferencias que me pidieron dar. No hablaba de la belleza desde el punto de vista de la cirugía plástica, sino más bien desde un punto de vista social, genético, antropológico, cultural, matemático… lo cierto es que me ofrecieron escribir algunos artículos y después me propusieron hacer este libro. Al principio, no lo tenía muy claro, me acabó de convencer que todos los beneficios fueran a los proyectos de la fundación que presido.
B.M: ¿Ha sido fácil/complicado su elaboración?
I.M.: Ha sido más largo de lo que me esperaba por falta de tiempo. El concepto de belleza es algo que me fascina desde hace décadas, por no decir desde siempre. Porqué encontramos algo bello o para qué sirve la belleza son enigmas que me han llevado a leer muchos libros de las más variadas disciplinas, hablarlo con colegas, con personas muy relacionadas con el arte… y al final, ve la luz tu propia teoría.
Este año la fundación DrIM cumple 10 años trabajando principalmente por el bienestar y el futuro de los niños más desfavorecidos de Guinea Bissau, uno de los cinco países más pobres del mundo.
B.M: En el libro han colaborado personalidades relevantes del mundo de la comunicación y el espectáculo, ¿En qué ha consistido? ¿Quiénes son?
I.M.: Cuando me propusieron la idea del libro, tenía claro que no deseaba plasmar únicamente mi visión de la belleza. Quería otros puntos de vista, especialmente si venían de campos tan distintos al mío. Así que solo tuve que hablar con algunos amigos que, al saber que los beneficios serían para los proyectos de cooperación de la fundación, no lo dudaron ni un momento. Creo que la aportación de cada uno de ellos son un pilar importante al libro, porque analizan la belleza desde la gastronomía, la experiencia, la música, la moda, el fútbol, las emociones…
Ellos son el exjugador de waterpolo, educador y coach televisivo, Pedro García Aguado; la cantante y actriz Lorena Gómez; el capitán del RCD Espanyol, Javi López; la Chef Carme Ruscalleda; las periodistas Carme Barceló, Amalia Enríquez y María Pardo Santanyana; la nadadora Melani Costa; el arquitecto Juan José Monzón; y las actrices y comunicadoras Vittoria Schisano y Elsa Anka, que también es modelo.
B.M: Se van a destinar todos los beneficios del libro a proyectos solidarios con la fundación que lleva su nombre, ¿En qué consiste este proceso? ¿Y la Fundación?
I.M.: Los beneficios irán destinados a los proyectos que tenemos en marcha que no son pocos. Llevamos a cabo proyectos en diversos ámbitos: sanidad, educación, alimentación, acogida de niños abandonados, huérfanos, enfermos o en riesgo, derechos de la mujer, sostenibilidad, desarrollo… Este año la fundación DrIM (www.fundacionivanmanero.org) cumple 10 años trabajando principalmente por el bienestar y el futuro de los niños más desfavorecidos de Guinea Bissau, uno de los cinco países más pobres del mundo. Estamos muy orgullosos de todo lo conseguido (escolarizar a más de 600 niños este curso, atender cada año a más de 50.000 pacientes en nuestro hospital, acoger a más de 130 niños, ayudar a ofrecer más de 900 comidas cada día…), pero somos ambiciosos y queremos llegar más lejos, a más niños. El objetivo de este libro es principalmente este.
Cuando me propusieron la idea del libro, tenía claro que no deseaba plasmar únicamente mi visión de la belleza. Quería otros puntos de vista, especialmente si venían de campos tan distintos al mío.
B.M: ¿Cómo define usted a la belleza?
I.M.: La belleza se puede definir de muchas maneras: simetría, proporciones, armonía entre las partes, etc. Yo personalmente prefiero parte de la definición que hizo Santo Tomás de Aquino que decía que bello es aquello que agrada a la vista, que nos resulta placentero mirar. Haciendo referencia así a cierta relación entre la belleza y quien la percibe.
B.M: ¿Cómo cree que se ve la belleza actualmente y cuál ha sido su evolución más destacada?
I.M.: En mi libro explico que la belleza es un concepto que perdura a lo largo de la historia de la humanidad. Lo que cambia, lo que evoluciona son los modelos, lo que a mí me gusta llamar la “hermosura”. Es decir, los adornos de la belleza. Si una mujer es bella, lo es desnuda y sin maquillaje. Pero si además la maquillamos, la vestimos, la peinamos según la moda actual y le otorgamos todo aquello que hoy en día encarna el poder (joyas, popularidad, etc.), no solo será bella sino también hermosa. La “hermosura” es aquello que más cambia, porque son los adornos que nos permiten parecernos a las clases dominantes. Y esto siempre ha sido así. En las épocas de hambruna, tener sobrepeso era hermoso porque solo comían bien las clases altas. Cuando los campesinos pasaban largas y duras jornadas de trabajo en el campo, tener una tez blanca se consideraba hermoso. En cambio, cuando esos mismos campesinos dejaron el campo y se metieron durante horas en las fábricas sin ver la luz del sol, estar moreno era un signo de poder económico, y por tanto un símbolo de hermosura.
Creo que en cirugía plástica y medicina estética, la tendencia es ir hacia técnicas mínimamente invasivas que ofrezcan unos resultados lo más naturales posibles.
B.M: ¿Hacia dónde van las tendencias en estética y cosmética?
I.M.: Creo que en cirugía plástica y medicina estética, la tendencia es ir hacia técnicas mínimamente invasivas que ofrezcan unos resultados lo más naturales posibles.
B.M: ¿La medicina estética debe colaborar con el mundo de la esteticista? ¿De qué forma?
I.M.: No solo la medicina estética, también la cirugía plástica. Cuando abrí mi primera consulta en 1999 tenía muy claro que deseaba colaborar con las profesionales de la estética porque ellas tienen un papel importante tanto en la preparación de la piel del paciente (que es el órgano principal con el que trabaja un cirujano plástico) antes de una cirugía o un tratamiento, como en el postoperatorio para conseguir que los pacientes se recuperen antes. Por ello, desde hace 18 años organizo distintas formaciones, de manera gratuita, para esteticistas sobre los avances en medicina y cirugía estética, el postoperatorio, las prótesis, etc. Es importante que también puedan formarse en este sentido.
En mi libro explico que la belleza es un concepto que perdura a lo largo de la historia de la humanidad. Lo que cambia, lo que evoluciona son los modelos, lo que a mí me gusta llamar la “hermosura”.
B.M: ¿Qué principios básicos persigue la medicina estética actualmente?
I.M.: Tanto la medicina estética como la cirugía plástica persiguen un mismo objetivo: conseguir vernos por fuera tal y como nos sentimos por dentro, pero siempre desde la naturalidad. Porque esa armonía nos aporta salud porque vernos bien es sentirnos bien.
Un hombre o una mujer con 50 o 60 años se siente joven, con proyectos y planes de futuro. Hace una generación, jubilarse significaba que la sociedad ya no te consideraba productivo. Hoy en día, las personas esperan la jubilación con ilusión para llevar a cabo muchos planes de ocio, disfrutar de sus aficiones, de sus amigos, de los viajes… porque se sienten jóvenes para hacerlo. La jubilación ahora se vive como un premio a toda una vida de trabajo y no un castigo por ser demasiado viejos para trabajar.
Y eso también se refleja en la medicina estética o la cirugía plástica. Como nos sentimos jóvenes, queremos que nuestro físico se adecue a nuestro interior. Pero siempre desde un aspecto natural. Lejos quedan aquellas actrices de los años 70 u 80 que buscaban rostros “planchados” sin arrugas. Hoy no buscamos únicamente borrar arrugas, buscamos rejuvenecer desde la vitalidad y la naturalidad.
B.M: ¿Qué demandan los usuarios en comparación con hace años?
I.M.: Como he comentado, ahora los pacientes demandan más naturalidad que hace 30 años. Quieren mirarse al espejo y ver que esta vitalidad, energía y juventud que sienten se vea reflejado en su físico.
Ahora los pacientes demandan más naturalidad que hace 30 años. Quieren mirarse al espejo y ver que esta vitalidad, energía y juventud que sienten se vea reflejado en su físico.
B.M: ¿Qué se debe hacer para estar tantos años en el sector y seguir ahí como ha hecho usted?
I.M.: No sé la fórmula. Yo solo sé que detrás de IM CLINIC hay mucho trabajo, mucha ilusión y mucha formación y preparación. Desde mi punto de vista, el buen profesional debe poner mucha ilusión en todo lo que emprende y apoyarse en una gran formación para poder ofrecer el mejor servicio.
B.M: ¿Qué debe tener un buen centro para que los usuarios se sientan atraídos por él?
I.M.: Lo que siempre he intentado es que mis pacientes encuentren profesionalidad y un trato cercano para que se sientan libres de expresar sus preocupaciones reales. Pero también un lugar muy confortable, donde todos los detalles estén pensados para que nuestros pacientes se sientan a gusto, mimados y cuidados.