Ya se acabó el bullicio de los niños que, desde muy temprano, es la melodía más maravillosa que puede tener un despertador. Lo echaba de menos. Ahora, ya se están durmiendo.
El día de hoy empezó a impregnarme de niños, de olores, de sonidos familiares pero lejanos, de sus sonrisas, de la amistad de todas las personas de aquí…en definitiva, de Casa Emanuel. El reencuentro, que parece un encuentro, de personas distintas en un mismo lugar. ¡Dios, como crecen estos críos!
Todo sigue igual, es decir bien. Lento, pero bien. En un país sin gobierno y sin rumbo, aquí, en Casa Emanuel todo va con ritmo.
Esta época es agradable, hemos dejado ya atrás las lluvias y el calor bochornoso. La noche que llegamos fue fresca y agradable para dormir. Además de mi equipo médico de siempre, esta vez me acompaña una de nuestras madrinas. Todo el glamour que desprende, también le baila en su enorme corazón. Lo ha estado pasando mal últimamente, con una enfermedad que la dejó aniquilada. Por ello pensé que aquí tendría un antídoto a su ánimo decaído, un lugar donde recuperar esa fuerza que la caracteriza y donde impregnarse de la enorme vitalidad que aquí se transmite. Hoy ha sido, creo, un gran día para Antonia, nunca la había visto tan tranquila…tan feliz. Todavía no sabe lo que pueden llegar a agotar estos niños con la vitalidad que tienen y sus ganas locas de mimos y juegos en todo momento.
¡¡Antonia!!, si quieres limpiar los mocos de todos los niños, no acabarás nunca. Relájate.
Por desgracia no todo es bueno, peeeero, cada vez quedan menos cosas malas. Hoy ha sido un primer día de contacto, pero como el tiempo apremia, es importante localizar las necesidades, ¡así que a trabajar!.
Buenas noticias:….pocos niños enfermos en el orfanato. La época del año ayuda: pocas lluvias, poco cólera, tifus y malaria (enfermedades endémicas de aquí)
Gabriel, ¿os acordáis?, el niño sin brazos al que operé de una enorme hernia umbilical, pues creo que ha hecho un pacto con el diablo. Está siempre igual: sonriente, bicho, simpático y guapísimo.
También quiero tener un rato en estos próximos días para ir a ver a Mariama, la niña de las quemaduras (os lo he de confesar, me robó el corazón) y aprovechar también para visitar otro poblados sin encontrar, espero, otra Mariama.
Aquí el fútbol es casi tan importante como el aire que respiran. Y siempre que vengo a Casa Emanuel prometo a los críos que les organizaré un partido de fútbol… pero al final, no lo cumplo…. pero esto se acabó….mañana, domingo
partidazo. Creo que deberían retransmitirlo. ¡¡Seguro que encontramos unos cuantos Messis por aquí escondidos!! Hoy he podido organizar uno más pequeño con las chicas. Ya veis, aquí no hacemos diferencias.
Hay un solo mosquito en Guinea….y me acaba de picar, joooder.
Me avisan que en breve apagan el generador. Eso es que hoy no hay parteras esperando. Será una noche tranquila. Se agradece…. Por si es la única.
Buenas noches