El lifting facial es de las técnicas de cirugía plástica estética que más preguntas suscita tanto por hombres como por mujeres. Seguramente, porque no es una técnica muy extendida como otras o porque los medios de comunicación solo se fijan en algún famoso que no ha conseguido un resultado demasiado acertado o que, al estar recién operado, aún no se puede apreciar el resultado final definitivo. Pero lo cierto, es que el lifting facial consigue un rejuvenecimiento sin alterar la naturalidad del rostro. De hecho, todos los pacientes que no hacen pública su operación me comentan los mismo “la gente me dice: que bien te veo, que relajado estás, estás más guapo/a, ahora sí que estás lleno de vitalidad… pero nunca deducen que me haya hecho un lifting o que me haya operado”. Y es ahí donde debe incidir el cirujano plástico: rejuvenecer con armonía, vitalidad, elegancia, naturalidad y expresividad.
Preguntas más frecuentes de los pacientes sobre el lifting facial
No son solo las arrugas, es que no me reconozco ¿Por qué cambia tanto mi cara con la edad?
A medida que envejecemos, el efecto de la gravedad, de la exposición al sol, de nuestro ritmo de vida, de nuestra alimentación… nuestro rostro va sufriendo los signos del envejecimiento: los pliegues de la boca y de la nariz se acentúan, la comisura de los labios y la punta de la nariz caen, el ovalo facial se desdibuja, el borde mandibular pierde definición, el cuello aumenta su flacidez, aparecen las bolsas en los párpados superiores e inferiores, los ojos pierden su juvenil inclinación (ligeramente ascendente) dando a nuestra expresión un aire de tristeza o malhumor… En definitiva, no es solo una cuestión de arrugas, sino un “desdibujamiento” de los rasgos faciales como consecuencia de la edad.
¿En qué consiste exactamente un lifting facial?
Es una cirugía que permite el rejuvenecimiento facial a través de un procedimiento destinado a elevar y pensar la piel facial, cervical y la musculatura del rostro, así como la reducción de grasa y la eliminación del tejido sobrante con el objetivo de reducir los pliegues y las arrugas de la cara. Habitualmente el lifting trata las zonas del cuello, la barbilla, las mejillas y las regiones perioculares y temporales, pero en IM CLINIC siempre tratamos el rostro de una manera global, incidiendo en la combinación de naturalidad, belleza y armonía.
¿A qué edad es recomendable someterse a un lifting facial?
Cuando pensamos en una intervención como el lifting facial, nos viene a la mente personas muy mayores, de la tercera edad, pero lo cierto es que no existe una edad ideal, pues cada persona sufre el envejecimiento a un ritmo distinto. Y aunque lo más aconsejable para conseguir los mejores resultados es someterse a esta intervención cuando la piel de la cara y el cuello empiezan a descolgarse, pero aún conserva cierto grado de elasticidad, es decir entre los 50 y los 60 años, lo cierto es que hemos realizado liftings (o ritidectomías) con éxito en personas sanas de 70 y 80 años. Así pues, podemos considerar que la edad ideal para realizar la intervención es aquella en la que el paciente sienta la necesidad real y el cirujano crea que existe un margen razonable de mejoría.
¿Cómo es la recuperación? ¿Y las cicatrices?
Cada vez la cirugía plástica utiliza más técnicas mínimamente invasivas con un gran resultado. Ello consigue acortar los tiempos de recuperación (en una semana, el paciente puede hacer vida normal) y minimizar al máximo las cicatrices. Además, las cicatrices quedan estratégicamente escondidas detrás de las orejas o en la línia del nacimiento del cabello con lo que se vuelven inapreciables al poco tiempo.
¿Cambia la expresión facial?
El principal objetivo del lifting facial es rejuvenecer de forma natural, vital, elegante y en armonía con el resto del rostro, consiguiendo un resultado que no altere la expresividad del paciente, sino que simplemente le otorgue una apariencia más joven, sana y activa. Para conseguirlo es habitual combinar el lifting con otras cirugías o técnicas de rejuvenecimiento. Muy lejos quedan aquellos rostros cinematográficos de los años 70 y 80 absolutamente “planchados” en los que no se permitía ningún tipo de arruga y que resultaban artificiales e inexpresivos.
¿Existen diferentes tipos de liftings faciales?
Dependiendo de las zonas del rostro que sea necesario tratar, podemos hablar de lifting frontal o de tercio superior – aquel que eleva las cejas caídas y elimina las arrugas de la frente-; el lifting medio – que elimina la grasa acumulada en los pómulos y eleva las mejillas-; y el lifting de tercio inferior, el que reduce la grasa del reborde de la mandíbula y el cuello recuperando el óvalo facial; también podemos hablar de lifting facial global, que rejuvenece todo el rostro.
¿Y distintas técnicas?
Sí, existen distintas técnicas y será el cirujano quien se decante por una u otra teniendo en cuenta las características individuales de cada paciente: su historial médico, el grado de flacidez de la piel y la musculatura facial, la estructura ósea, etc.
¿Con qué otras cirugías se suelen combinar?
Depende de las características únicas de cada persona. La más habitual es la blefaroplastia, que permite eliminar el párpado caído, las bolsas de los ojos y elevar la inclinación del ojo para que tenga una apariencia más joven. La técnica de Coleman también puede utilizarse para dar volumen a zonas del rostro que lo han perdido, consiste en.
Además, existen procedimientos de medicina estética que permiten mejorar la calidad de la piel, otorgarle una mayor luminosidad, además de eliminar arrugas y manchas como son el láser, la medicina regenerativa, la mesoterapia de vitaminas, la carboxiterapia o los peelings médicos.
¿Lifting o bótox?
Esta es una pregunta muy habitual, hasta tal punto que se puede oír que se “hace un lifting con bótox”. Pero debemos saber que son procedimientos totalmente distintos y, por lo tanto, debemos esperar resultados completamente diferentes.
Cuando reímos, lloramos, nos sorprendemos, bebemos, fumamos, comemos, dormimos…es decir, cuando gesticulamos, formamos unas arrugas que, cuando somos jóvenes, con el rostro en reposo no se aprecian. La elasticidad de la piel hace que ésta vuelva a su posición original cuando el músculo no se contrae. La repetición continua durante años de estos gestos acaba por “romper” la piel formando esas arrugas que persisten aunque el rostro esté en reposo. Y es ahí donde el bótox es un buen aliado: para conseguir que ese punto no llegue o se retrase en el tiempo, atenuando así las arrugas de expresión. Pero no eliminará ni la flacidez de la piel, ni tensará la musculatura, ni redibujará el óvalo facial o redistribuirá la grasa del rostro.
Son dos tratamientos que pueden complementarse pero uno nunca podría remplazar al otro.
En cuanto a los resultados, los conseguidos con el lifting facial son mucho más globales duraderos que el bótox.
¿Con un lifting mi apariencia será siempre joven?
Debemos tener claro que esta operación nos proporciona un aspecto más joven, pero no detendrá el tiempo, por lo que nuestro rostro continuará envejeciendo de manera gradual a partir de la cirugía. Y aunque siempre aparentaremos ser más jóvenes de lo que indica nuestro DNI, debemos tener claro que el lifting facial no ancla nuestro rostro en una edad concreta.