Hace unos días La Vanguardia publicaba esta entrevista que me hicieron como experto. Teniendo en cuenta la época del año en la que estamos, he creído que os podría interesar ya que muchas personas aprovechan las vacaciones de verano para plantearse la cirugía estética. Además, existe mucha leyenda urbana sobre si es aconsejable o no operarse en estos días de sol y calor, pues se cree que es contraproducente porque las cicatrices se complican o porque hay más riesgo de infecciones.
¿Está indicado operarse cuando llega el verano?
Sí, no hay ningún problema. Aunque la mayoría de pacientes prefieren los meses justo antes de la época estival para lucir los resultados cuando llega el calor, otros en cambio se deciden por aprovechar sus vacaciones. Es en verano cuando tenemos más tiempo, el ritmo de vida es más sosegado y el ambiente que nos rodea suele ser más relajado, con lo cual el proceso de recuperación y de postoperatorio de la intervención puede ser más completo y beneficioso. Además, si lo que queremos es que nuestra operación pase lo más inadvertida posible, el verano es el momento ideal: no tendremos que dar explicaciones en el trabajo y pedir baja laboral.
¿Qué medidas hay que tomar si nos sometemos a una cirugía en verano?
Lo importante es protegerse del sol, evitándolo completamente las primeras semanas y cubriendo las cicatrices con un factor muy alto (más de 50) en las siguientes, así como seguir los consejos de su cirujano en todo momento. Además de la cicatrices, toda cirugía conlleva un proceso inflamatorio durante el cual no está aconsejado tomar el sol. En definitiva, hay que tomárselo con mucha tranquilidad pero sin hacer reposo absoluto y realizar todo aquello que active la circulación sanguínea, para ayudar a eliminar los efectos del edema postoperatorio.
¿Son más aconsejables unas cirugías que otras?
Hay cirugía que son más llevaderas en verano como el aumento de mamas o la mastopexia (lifting de pechos) o la blefaroplastia (la corrección de las bolsas de los ojos y los párpados caídos) y otras que no tanto como un lifting facial. La lipoescultura y la abdominoplastia estaría en un tramo intermedio porque si bien requieren de fajas y medias especiales, no todo el mundo pasa las vacaciones en la playa y no hay demasiada incomodidad si el paciente permanece en lugares frescos y con aire acondicionado.
¿Esto también se aplica a la medicina estética?
En medicina estética no todas las técnicas pueden llevarse a cabo durante el verano. Ciertas terapias con láser (rejuvenecimiento, eliminación de varices o manchas, etc.), la esclerosis de varices, los peelings médicos y otros tratamientos que requieran de ciertos productos químicos están contraindicados en la época estival porque pueden provocar efectos secundarios no deseados como las manchas. Así que en estos casos es mejor esperar hasta octubre.
¿Y la fotodepilación?
Habitualmente también está desaconsejada, pero existen equipos que no presentan ningún problema para depilar en estos meses. En el Instituto de Cirugía Plástica Dr. Iván Mañero disponemos del Harmony XL que permite depilar pieles bronceadas durante cualquier época del año, incluso en verano.
En los últimos años, el turismo de bisturí se ha puesto de moda. Personas que aprovechan sus vacaciones para hacer un viaje y operarse ¿es seguro este tipo de intervenciones?
Es cierto que en los últimos años agencias de viaje ofrecen en el mismo paquete una operación de cirugía estética, el billete de avión, el hotel y un circuito turístico en países como Venezuela, Colombia, Méjico, India, Paquistán, Tailandia o norte de África. Suena muy sugerente, sobre todo por el precio. Pero creo que las personas que acudan a este tipo de ofertas deben plantearse unas cuestiones muy importantes: quién me operará, en qué circunstancias y cómo será el postoperatorio.
La cirugía plástica es medicina, no lo olvidemos nunca, y requiere de materiales seguros, de un equipo de profesionales titulados y cualificados como cirujanos plásticos, anestesiólogos, enfermeras de quirófano y de unas condiciones sanitarias importantes. Una rebaja excesiva en los precios repercute sin lugar a duda en la seguridad del paciente (anestesia, implantes, quirófano, etc.). Luego está el seguimiento, tengo pacientes que una vez vuelven de su viaje-operación tienen un problema y no saben dónde acudir. Los pacientes deben plantearse el postoperatorio, porque el cirujano de allí opera y punto, no suele hacer ningún seguimiento posterior de un paciente que a los pocos días de operado coge un avión y se desplaza a miles de kilómetros. Tan importante como la cirugía es el seguimiento del paciente durante los siguientes meses.